Ostara y sus animales: una historia de Pascua y Primavera
25 de octubre de 2022

Tenía en mente traer este post para Ostara pero decidí esperar a Pascua.

Aquí rara vez no es primavera (desde el punto de vista de temperatura). Tenemos tres días fríos al año y el resto del tiempo es verano. A partir de Junio sabes que no volverás a necesitar manga larga hasta bien entrado Noviembre. Aunque pueda parecer un paraíso , para una persona que tiene nostalgia de cuando las estaciones eran cuatro, no lo es. Pese a todo, hay ciertos detalles que marcan la llegada de lo que es la primavera . Los campos se tiñen de amarillo y violeta. Cerca de casa hay un pequeño rincón rojo gobernado por amapolas. Los patos vienen a holgazanear en los charcos pasajeros que nos dejan las lluvias y se hace fácil encontrar mariposas y mariquitas. El otro día vi una libélula. A veces ocurre en Marzo, otras en Febrero y otras en Abril. Quería escribir esto para el equinoccio pero no sentía que el ambiente hubiera cambiado. Además en estos meses suelo encontrarme rara. Desde que descubrí lo que es la astenia primaveral me da por pensar que la sufro desde Febrero hasta Abril. Ya se me está pasando y parece que vuelvo a la vida ( como la tierra, las plantas y los animales). Mientras escribo estamos en Semana Santa. Este domingo no es otro que el domingo de Pascua, día que los cristianos celebran como la resurrección de Jesús.

Este post tratará de la primavera, de Ostara (de Pascua por extensión) y como no, de los animales que se asocian a esta época del año : liebres y mariposas.

Durante el Equinoccio de primavera, el día y la noche tienen la misma duración, algo que no pasa desapercibido para el humano primitivo que es consciente de su equilibrio. Venimos de un momento de contemplación y de un primer paso hacia la actividad ( recuerda Imbolc) pero no es hasta este momento cuando nos centramos en la acción. Esto puede provocar alteraciones en nuestro cuerpo o en el estado de ánimo ( ¡astenia primaveral!) y que la rueda gire demasiado rápido. No en vano se dice que  “la primavera la sangre altera” o “loco como una liebre de marzo”.

Según la Rueda del año, la festividad que hace honor al inicio formal de la primavera es Ostara y tiene lugar durante el equinoccio. El origen de su nombre es incierto. Algunos creen que procede de la diosa anglosajona Eostara o Eostre y que el hecho de que su festividad Eosturmonath coincida con la Pascua cristiana es coincidencia. Sin embargo no se sabe mucho sobre ella ni su origen.

Como en Imbolc os hablé de Brigit y su relación con el fuego y la transformación , no me gustaría ser menos con Ostara. En este inicio de la época luminosa, aquellas deidades asociadas a la primavera, el renacimiento y la renovación cobran mayor relevancia. No hay ninguna que se sobreponga a las demás . Todas encarnan la celebración de la vida y el paso de la mitad oscura a la mitad luminosa. Según la tradición por la que nos sintamos atraídas, tenemos candidatos igualmente válidos , lo que parece dejar claro la importancia que nuestros antepasados daban a la llegada de la primavera aunque estuvieran separados en distancia y tiempo.

Uno de los mitos más conocidos que habla de las estaciones es la bajada de Perséfone al inframundo. Su madre, Demeter ( Diosa de los cultivos y la cosecha) se siente tan triste que no puede atender los campos y estos empiezan a morir. Finalmente se llega a un acuerdo y Perséfone es liberada durante seis meses donde la vida se sobrepone. La idea de que la Diosa vuelve a la tierra y con ella las flores y frutos explica por qué todo vuelve a brotar y a florecer.

 Otros Dioses también se relacionan con el florecimiento de la tierra, como Dionisos, Afrodita ( también su versión romana, Venus), Cibeles, Freya, Gaia o Cernunnos. Culturas como la Hindú, cuentan con la Diosa Rati asociada al amor, la pasión y el placer sexual. En Egipto, Osiris garantiza que los cultivos prosperen y Min, con su enorme falo, favorece la reproducción en todas sus formas.

Los símbolos principales de Ostara son el huevo ( signo de vida y resurrección) y la liebre ( animal prolífico donde los haya). Curiosamente ambos están muy presentes en la Pascua cristiana.

Huevos

Simbolizan el ciclo de la vida: la continuidad y la promesa del futuro. Invita a pensar en la renovación y en la fertilidad. La costumbre de regalar huevos el Domingo de Pascua viene de antiguo, cuando la iglesia Católica prohíbe su consumo durante la Cuaresma, por lo que se guardan hasta el domingo posterior. En los s. XVII y XVIII se regalan como juguetes y en el s.XIX se incluyen dulces y chocolate (tal y como  los conocemos en la actualidad).

Liebres

( y posteriormente también el conejo) simbolizan la fertilidad, la prosperidad y la abundancia debido a su gran facilidad para dejar descendencia y lo llamativo de su cortejo y apareamiento. Su presencia en campos y jardines al comienzo de la primavera hace que se las relacione con la llegada del buen tiempo.

El primer testimonio de la liebre de Pascua se registra en 1678 en Alemania pero no es hasta el siglo XVIII cuando se hace conocida en todo el país y hasta el XIX cuando se populariza en Europa. Los inmigrantes alemanes exportan la costumbre a Gran Bretaña y América donde se convierte en el Conejo de Pascua.

Mariposas

 ¿Quién no se imagina en primavera un prado repleto de flores y mariposas? Creo que la liebre es a Marzo lo que la mariposa es a la primavera. Además de su presencia en la calidez de estos días, simboliza el renacimiento y el cambio de estado ( recordemos el paso de la contemplación y el trabajo interior hacia la externalización de ese trabajo). En su caso el cambio es físico y tangible : de capullo a mariposa. De lo estático a lo dinámico, de la oscuridad a la luz, del crecimiento interior a la emergencia de la vida. Es en la mariposa donde se observa de forma evidente este cambio de dentro hacia fuera. Nos hace ver de forma clara en qué punto nos encontramos.

En primavera la vida se abre camino. Basta con ir al parque o a cualquier zona asilvestrada para darse cuenta que burbujea a nuestro alrededor.  No dejamos de ser uno más en esta compleja rueda que no deja de girar. A veces nos toca la quietud, el silencio y la introspección. Otras, nos vemos inclinados a la acción y el movimiento. Nuestros ancestros ya fueron conscientes de ello y nos legaron mitos, leyendas y tradiciones que nos guían en el proceso.

Bibliografía

Connor, K. (2015). Ostara: Rituals, Recipes & Lore for the Spring Equinox. Llewellyn Publications.

O’Gaea, A. (2009). Celebrating the Seasons of Life: Samhain to Ostara. Red Wheel/Weiser.

Sermon, R. (2008). From Easter to Ostara: The Reinvention of a Pagan Goddess?. Time and Mind1(3), 331-343.

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