Ki-lin : el unicornio chino aterriza en Animales fantásticos
25 de octubre de 2022

Fui al estreno de Animales Fantásticos : Los secretos de Dumbledore y ya en la sala supe que tenía que traer esta entrada al blog. ¡Qué sorpresa me llevé!

No sabía acerca de las nuevas criaturas que aparecerían en la entrega así que me vino todo de nuevas y como siempre, la disfruté muchísimo. Otra cosa no, pero a la hora de mezclar mitología con ideas propias, J.K. Rowling es toda una maestra.

            Aunque no pretendo hacer ningún spoiler, advierto que algún detalle se me escapa. Si quieres mantener la mente en blanco y no quieres saber acerca del Ki-lin, mejor deja este artículo para más tarde. Si prefieres conocer la leyenda y estar atenta a cada detalle ( porque referencias hay trillones) te animo a que lo leas.

Sea cual sea tu decisión aquí se mantendrá escrito para ti.

Póster promocional de Animales fantásticos : Los secretos de Dumbledore

  Hablar del Ki-lin es hablar del unicornio. Y es que muchos lo consideran el unicornio chino.  Como curiosidad, su nombre está compuesto por dos palabras: Ki (Khi o Ch’i)  que hace referencia al macho y lin, a la hembra. Su apariencia física se asemeja a su primo occidental  : cuerpo de ciervo, cascos de caballo, rabo de toro y un cuerno en la cabeza. Ambos son escurridizos y ágiles y si bien cazar al unicornio es tarea ardua, con el Ki-lin es simplemente una empresa imposible. Ningún cazador lo ha conseguido, ni vivo ni muerto.

En Occidente, la leyenda guarda detalles escabrosos. Se dice que la única forma de capturarlo es mediante la atracción que ejerce en él una virgen enseñando los pechos ( sí chicas, así estaban las cosas en la Europa del medievo ). También que es un animal fiero y agresivo y que su cuerno tiene propiedades curativas. Las leyendas de cuernos de unicornio son interminables. En el caso del Ki-lin vemos a un animal extremadamente bondadoso. No come seres vivos ni daña a criatura alguna ( tampoco se ve atraído por jovencitas). Es completamente inofensivo y benéfico , sin valor comercial o medicinal.

Estatua de Ki-lin en el Palacio de Verano, Beijing. Autor : Miguel A. Monjas

Sus similitudes físicas y en carácter ( ambos rodeados de un halo de dignidad y misterio, en parte debido a su tendencia a la soledad) hace que nos planteemos su relación. Puede que ambas leyendas se hayan desarrollado de forma independiente o que procedan de un lugar común , de un ser original sagrado. Sea como fuere, es lógico que presenten diferencias en carácter , especialmente si se tiene en cuenta que el Ki-lin se desarrolla en una civilización con una visión más amable de la naturaleza, donde se admira por su propia existencia. Aun deberá pasar algún tiempo para que Occidente aprenda a no temerla.

Que el Ki-lin es un ser extraordinariamente benévolo ya nos ha quedado claro. Pero además tiene la capacidad de distinguir con claridad el bien del mal ( primera pista con respecto a la película). Su procedencia es desconocida. Suponen que viene de lejos, del cielo y sólo hace su aparición en momentos históricos concretos , especialmente para anunciar el comienzo de un reinado benéfico o el nacimiento de un gran hombre ( Ejem, ejem) ¡Se dice que uno se le apareció a la madre de Confucio poco antes de su nacimiento! Hoy en día sigue siendo común en China imágenes del Ki-lin con el fin de ejercer influencia prenatal, tener niños en lugar de niñas o desear que tu hijo se convierta en un gran hombre. Es una de las cuatro criaturas divinas junto al fénix, la tortuga y el dragón.

Si estás atenta, a lo largo de la película , podrás encontrar numerosas representaciones del Ki-lin tradicional ( algo diferente del pequeño y adorable potrillo que tan acertadamente han caracterizado para mi gusto). También de unicornios en relieves y telares al más puro estilo heráldico. El escenario final (tan claramente oriental ) me parece una bonita forma de rendir homenaje a los orígenes del Ki-lin cuya pureza y finura a la hora de juzgar a las personas es el eje principal de la historia.

Sancai Tuhui (1609) Medieval History Journal 7 (1): 1–37.

Reconozco que no soy objetiva. Que mi cariño por el universo de Harry Potter y por extensión de Animales Fantásticos me hace disfrutar como una niña con cero visión crítica. ¿Pero no debería de ser precisamente ese el fin del cine? Especialmente en estos días, donde la espera es algo del pasado y el sobreanálisis nos impide disfrutar de la vida. Quizá esta película no sea del gusto de muchos. Que se centren en las diferencias entre el Ki-lin potrillo amoroso y el original, en algunas escenas gratuitas o los hilos argumentales que se quedan flotando en el aire. Pero bueno, qué queréis que os diga. A mi me ha hecho olvidar que soy una simple Muggle y a recordar la bruja Hufflepuff que fue a ver Harry Potter veintiún años atrás.

Bibliografía

Shepard, O. (2002). El unicornio. José J. de Olañeta.

¿Que te ha parecido el post?

0 comentarios

Enviar un comentario

Quizás también te interesa…

En esta web utilizamos cookies ¿Las aceptas?    Configurar y más información
Privacidad